Pepe, fletero y coleccionista.

Para La Voz del Interior

Quienes formamos parte del pequeño mundo del arte, tenemos a mano el teléfono de Pepe – José Mascarello-, un transportista que siempre se hace el tiempo para llevar adelante el traslado de obras de arte con mucho cuidado y a buen precio.

Pepe además de ser fletero, a lo largo de toda su vida ha intercambiado con artistas sus viajes por obras que forman parte de su colección. En la actualidad, cuenta con un acervo de setenta piezas aproximadamente. Lleva casi 30 años con el oficio de transportista y su hijo mayor, Facundo está siguiendo sus pasos.

La primera pieza como iniciadora

En agosto de 1990, José comenzó a dedicarse al traslado de todo tipo de objetos. En una oportunidad, la escultora cordobesa Susana Lescano lo convocó para un flete y a partir de allí empezó a vincularse con galeristas y artistas cordobeses, que más tarde fueron rosarinos y porteños. Lescano, aclara con entusiasmo que Pepe no es un fletero común… ¡Es un personaje! Siempre está dispuesto a embalar, a cargar, a descargar. Él participa activamente de la producción de una exposición aún en los momentos más caóticos, con tranquilidad ayuda en lo que hacía falta. Finalmente, Susana afirma se hizo un gran compañero en mi profesión, porque siempre esta disponible y predispuesto.  

Años después, en 1995 a Pepe le tocó hacer un flete para Raúl Teppa – artista expresionista abstracto de los ochenta – al momento de pagarle Teppa le abona sus correspondientes honorarios y le regala una de sus obras. Pepe recuerda con claridad de que el artista le dijo: toma, esta obra es para vos por tanto tiempo que venimos trabajando juntos. Pero, entre risas Raúl le advierte: ¡Pepe ni se te ocurra venderla! Y así fue cómo durante casi 30 años Pepe fue recibiendo regalos por su trato tan cuidado o trocando viajes por obras.

Los artistas del tesoro de ofrendas recibidas

Pepe define la colección como su pequeño tesoro, detalla con pasión la manera en que: de a poco cada integrante de la familia se ha ido entusiasmando con la llegada de una nueva obra, aportan alternativas sobre la ubicación en la casa, entre otras tantas observaciones. Por otro lado, en más de una ocasión Mascarello cuenta que han intentando comprarle alguna de sus piezas y en que en todas aquellas circunstancias rechazó la oferta: es que se trata de obras únicas, su valor es incalculable, sostiene.

Algunos de los nombres que integran acervo se destacan: Carlos Alonso, Gabriela Alejandra Bárcena, Luis Bernardi, José Benito, Nancy Cabanillas, Elian Chali, Mariano Cuestas, Sara Fernández, María Gracia Finocchietti, Claudio Gomez, Susana Lescano, Eduardo Livadioti, Leonardo Herrera, Juan Longini, Roger Mantegani, Natalia Mónaco, Claudia Perrotta, Tulio Romano, Pablo Scheibengraf, Raúl Teppa, Jorge Torres y Luis Wells, entre otros.

Al ver las piezas en su conjunto la nota curatorial de la ofrenda recibida aparece y se transforma en la visualidad matérica de la forma que trepa por las paredes de la casa de su dueño. Es posible destacar un universo común: la predominancia de la abstracción geométrica, las acuarelas y el lenguaje figurativo. Hay una geolocalización en el aire y es que Córdoba está presente con su tonada, sus paisajes y figuraciones.   

Puerta abierta y viajes interespaciales

Dice el historiador de arte francés Didi – Huberman: Siempre, ante la imagen, estamos ante el tiempo. Como el pobre ignorante del relato de Kafka, estamos ante la imagen como ante la ley: como ante el marco de una puerta abierta (2015:31). Entonces, mirar una obra de arte, contemplarla y vivir con ella en la cotidianeidad del hogar es tal vez una puerta que se abre hacia una experiencia artística nueva. Quizás, adquirir piezas de arte y así conformar una colección ha dejado de ser una práctica exclusiva de un sector minoritario de la sociedad, sino también de quienes pueden identificar en el arte algo que los conmueve.

En este sentido, la socióloga argentina Mariana Cerviño – investigadora y especialista del tema- señala que diversas circunstancias alimentan la emergencia de un nuevo coleccionismo, cuyos inicios suelen situarse en los años ´90. Provenientes de sectores medios y medios altos, una de las características salientes de este grupo es que en genera no dispone de grandes sumas (2007: 192). De esta manera, el nuevo coleccionismo podría abrir caminos hacia personas como Pepe que aprecian la obra de arte, desea que sea parte de su vida y cuentan con recursos para invertir en ella. A diferencia de la nueva moda de los multimillonarios más poderosos del mundo que invierten su dinero en viajes espaciales. Como por ejemplo el caso de Jeff Bezos, dueño de Amazon, que junto a otros tres turistas, estuvieron orbitando once minutos en el espacio exterior. O la ocurrencia el británico Richard Branson, que hizo lo propio con un vuelo privado interespacial relámpago. Ya no se trata sólo de lujosas y fastuosas inversiones de dinero en artistas famosos sino, porque no, de sensibilidad y un presupuesto – que en el caso de Pepe con mucha habilidad se trata de trueque – ajustado a las posibilidades de cada quien.

 

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